Todo grande,
yo pequeño.
Todo alto
yo no llego.
Dicen que mis ojos grandes
tienen múltiples reflejos,
que la luz de mi mirada
difumina el mal recuerdo.
Solo sé que soy un niño,
corro, salto, como, duermo.
Soy el centro de atención
o me olvidan por completo.
Me acerqué hasta el corral,
donde viven los conejos.
Uno me acercó su hocico,
acerqué a él mis dedos,
me mordió y vi la sangre
¿Es que soy rojo por dentro?
Luis Almeida
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