Eres como bajamar
a orillas de la almohada.
Dormida casi sin olas
bajo sábanas de agua.
Amor mar, amor marea
Deja que mi tajamar navegue
el mar calmo de tu espalda,
sus subyugantes vertientes
de jacio tras la borrasca.
Deja que huela los vientos
de tus perfumes de algas
y que surque el oleaje
desbordante de tus nalgas.
Que en el abismo marino
de tu entrepierna cerrada
se deshaga en blanca espuma
el espolón de mi barca.
Que se sumerja en tu vientre
entre corrientes calladas
vientos de profundidad
que en tu fondo mudo bailan
Que tu placenta marina
eclosione justo al alba
y emerjan desde tu seno
Afrodita negra y blanca
Bendecidas con salitre
bautizadas con el nácar
Acrostolio en nuestra proa
rumbo siempre a la esperanza
Luis Almeida
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