¡Que rápido pasa el tiempo!
Parece aun que fue ayer
cuando entre risas y juegos despedías tu niñez
Cuando llegó el primer beso, que te haría estremecer
y aquel amor tan intenso, de la primera vez...
La juventud, como el viento,
voló con gran rapidez.
Temía perderse en anhelos y había tanto que hacer...
Y por fin posó su vuelo en tu bella madurez.
Eres lluvia, tierra, fuego,
simplemente, una mujer.
¡Que rápida va la vida!
Se ha vuelto clara tu sien.
En ti todo me cautiva
al igual que lo hizo ayer.
Tienes la mirada limpia
de quien sabe envejecer
y una risa cantarina,
donde no cabe el desdén.
Hoy te observo a escondidas,
en un nuevo amanecer
Y doy gracias a la vida,
que te permitió nacer.
Que me dio tu compañía,
en mi largo atardecer
Novia, esposa, amante, amiga.
Simplemente, una mujer.
Luis Almeida
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